Análisis
literario y cinematográfico de la novela “¿Sueñan
los androides con ovejas eléctricas?” y la película “Blade Runner”.
SUSANA
MANCA CASTILLO
SEBASTIÁN
VÁSQUEZ ALISTE
Noviembre
2015
Introducción: ¿Sueñan los
androides con ovejas eléctricas?
Del inglés “Do Androids Dream of Electric Sheep?”,
esta novela corta de ciencia ficción del autor estadounidense Philip K. Dick
(1928-1982) fue publicada inicialmente en 1968. Posteriormente la historia fue adaptada libremente por Ridley Scott en la
película que lleva por nombre Blade Runner en 1982. Desafortunadamente Dick
murió ese mismo año, antes de que se estrenara la película. Considerada uno de
los clásicos de dicho autor, la novela trata temas como el impreciso límite
entre lo artificial y lo natural, la decadencia de la vida y la sociedad, y
aborda diversos problemas éticos sobre los androides. También, dado su estética
y descripciones de un mundo destruido, abandonado, donde la tecnología es
omnipresente, dentro de la ciencia ficción se la puede enmarcar en el subgénero
cyberpunk.
La acción se
sitúa en un mundo cubierto de polvo radiactivo, tras una guerra nuclear que ha
matado a casi todos los animales, por lo que la gente tiene animales
eléctricos. El protagonista es Rick Deckard, un ex-policía y experto cazador de
androides renegados, tarea a la que él mismo se refiere como retirar. En la
historia tendrá que retirar a un grupo de androides de última generación,
modelo denominado Nexus 6, que tienen como peculiaridad ser casi idénticos a
seres humanos, que han llegado hasta la Tierra huyendo desde una colonia
espacial debido a las terribles condiciones a las que estaban sometidos.
Conceptos y argumento
¿Sueñan los androides con ovejas
eléctricas? Transcurre
originalmente en 1992 (2021 en algunas ediciones más recientes de la novela),
varios años después de la lluvia radioactiva provocada por la Guerra Mundial
Terminal, que destruyó gran parte de la tierra. Este polvo radiactivo que
contamina gran parte de la tierra no se había originado en ningún país y no
había sido previsto, y sin embargo, se había ido extendiendo hasta abarcar gran
parte del globo.
Como
consecuencia, las Naciones Unidas alientan y animan a la gente a emigrar a
colonias fuera de la tierra para preservar a la raza humana de los efectos del
polvo radiactivo producido por la guerra. La ONU utiliza medios como la
televisión para promover la emigración, mediante frases como «¡Emigra o
degenera! ¡Elige!». Uno de los incentivos es que cada familia que decida
emigrar recibirá un androide sirviente hecho a medida. En la novela el término
«androide» es usado generalmente para referirse a seres artificiales de
composición biológica –«Androide Orgánico» según el libro—, sin embargo en la
ciencia ficción moderna el término ha llegado a significar a máquinas
no-biológicas, también llamadas robots.
Quienes
permanecen en la tierra viven en ciudades caóticas donde la radiación causa
enfermedades y los daña genéticamente. Todos los animales están en peligro de
extinción ya que el polvo radiactivo ha matado todas las aves y diezmado a las
otras especies animales. Debido a esto, tener y cuidar un animal se considera
un símbolo de estatus social y una responsabilidad moral, dependiendo en la
rareza de la especie. Los animales se compran y venden tomando como referencia
el último número de la revista Sydney de aves y animales; los animales figuran
allí con el precio del último ejemplar vendido. El alto costo de los animales
reales hace prohibitivo para la mayoría de las familias tener uno así que
eligen adquirir uno artificial para mantener su posición social. El
protagonista de la historia, Rick Deckard, tenía una oveja que murió de tétanos
y la remplazó por una réplica eléctrica del animal para mantener las
apariencias.
Las empresas
encargadas de crear, reparar y atender animales eléctricos gozan de popularidad
en esta sociedad. Preguntar si el animal del vecino es eléctrico se considera
descortés, más aún que averiguar si los dientes, el pelo o los órganos internos
de una persona son genuinos.
Los androides
son usados en colonias humanas, principalmente la de Marte, pero muchos de
ellos huyen a la tierra para escapar de la soledad del planeta rojo y para ser
libres de la esclavitud a la que los someten los humanos. Se los fabrica con
elementos completamente orgánicos y son físicamente indistinguibles de las
personas. Funcionarios como Deckard rastrean y «retiran» androides fugitivos
que generalmente se hacen pasar por humanos pues su estadía en la Tierra está
prohibida. Luego de ser retirado se realiza una análisis de médula a los restos
del androide para comprobar que no se haya asesinado a un ser humano. Debido a
diferencias en el nervio vago, un androide puede suicidarse con sólo contener
la respiración.
El icono
cultural más significativo de la tierra es el «Amigo Buster», el jovial
presentador del «talk show» de humor «El Show del Amigo Buster», que hace
simultáneamente un programa de radio y televisión 23 horas al día, de donde
algunos personajes en la novela infieren que se trata de un androide. Buster
ataca frecuentemente en sus programas el mercerismo.
Mercerismo
El mercerismo
hace referencia a un prominente movimiento religioso/filosófico de La Tierra. Basado
en la historia de Wilbur Mercer, un hombre que vivió antes de la Guerra. La
historia cuenta que él se esfuerza para revertir la putrefacción, la decadencia
del mundo tumba y ascender de nuevo a la tierra escalando una inmensa cuesta.
Sus adversarios le lanzan rocas a lo largo del camino, hasta que Mercer alcanza
la cima, y el ciclo vuelve a empezar otra vez.
Los seguidores del movimiento agarran las asas
de una “caja de empatía” que funciona con electricidad, mientras observan un
monitor que muestra patrones aparentemente sin sentido hasta que se agarran las
manijas. Después de un corto intervalo, el usuario se siente transportado al
mundo de Wilbur Mercer, donde sumerge su mente en una experiencia compartida
con todos los que estén usando una caja de empatía en el momento. Los usuarios,
al utilizarla, reviven en carne propia el eterno ascenso de Mercer y sienten
cómo las piedras los golpean, al igual que golpearon a Mercer. Los de las cajas
empáticas, resienten el ascenso de Mercer, sienten el sufrimiento de Mercer,
entre todos los usuarios se comparten emociones.
El mercerismo
mezcla el concepto de una deidad con un ciclo de vida-muerte-renacimiento, al
modo de Jesucristo, con la importancia de la unión y la empatía. Es muy
importante para los merceristas compartir, cuando sienten que lo necesitan, sus
sentimientos. Creen que si una persona tiene un sentimiento de felicidad es
inmoral que se lo guarde para sí misma y no se “funda con Mercer en acto de
gratitud”. Del mismo modo, una persona al sentirse deprimida puede paliar su
depresión fundiéndose con Mercer. Una conversación entre Rick y su esposa sobre
esta experiencia, resulta especialmente esclarecedora: “Una vez me ocurrió: me
fundí y alguien acababa de adquirir un animal. Y otro día –sus rasgos se
oscurecieron por un instante; el placer se había disipado-, sentí a una persona
cuyo animal había muerto. Otros tenían alegrías que compartir... Yo no tenía
ninguna, como sabes; pero eso reanimó a esa persona. Uno puede llegar hasta un
suicida en potencia; lo que uno tiene, lo que uno siente, puede...
—Ellos
recibirán nuestra alegría —replicó Rick—, pero nosotros cambiaremos lo que
sentimos por lo que ellos sienten y la perderemos. [...]
—No
perderemos realmente lo que sentimos, si lo tenemos claramente en el espíritu.
Nunca has sentido del todo la fusión, ¿verdad, Rick?”.
Temas principales
1.
Concepto de realidad
Al leer la
novela se nos presenta el dilema de cuál es el tema principal. En una primera
lectura vemos que hay dos temas principales: el asunto religioso del mercerismo
y la relación entre hombres y androides, pero ambos temas están tan
estrechamente ligados que desembocan en un único tema: la realidad.
En la
historia destaca la idea de unión espiritual entre todos los seres humanos a
través de una máquina con la que los sentimientos de cada persona individual
son compartidos por el resto. Sin embargo, es curioso que para lograr esta
unidad los seres humanos deban recurrir a una máquina y que, en cierto momento
de la novela, se plantea la teoría de que Mercer pueda ser un impostor. Así se
ahonda en la idea de que todo lo que parece real para los humanos es algo
falso, como ocurre en el caso de los androides.
Pero, ¿en qué
consiste la realidad en esta historia? Como se ha mencionado antes, es difícil
establecer los límites entre lo que es real y lo que no. La dificultad con la
que se encuentra el protagonista a la hora de distinguir a los humanos de los
androides es una prueba de esta confusión entre lo real y lo ficticio.
Asimismo, el propio mercerismo triunfa por el culto a lo falso: sensaciones
falsas que ayudan a evadirse de la realidad, la probable falsedad de Mercer. El
sueño de realidad del protagonista, identificado con su necesidad de un animal
vivo, se pierde en la nada. Es aquí donde de nuevo lo irreal se impone a lo
real.
2.
Falsas jerarquías y Divisiones de la Vida
En la tierra
de la post Guerra Terminal, las formas de vida real y artificial están
divididas en jerarquías. A los animales se los considera enormemente preciosos,
los humanos reciben menos consideración y los androides son simplemente
insignificantes.
Los
tres grupos también están subdivididos. Los humanos están divididos entre
aquellos que pueden emigrar fuera de la tierra y aquellos que, por defectos
genéticos producidos en su mayor parte por el polvo radioactivo, no tienen
permitido salir del planeta; y los androides se van mejorando continuamente:
las empresas crean continuamente nuevos modelos de androide que son superiores
a los anteriores.
Sin embargo,
esta clasificación tiene muchas fallas, especialmente entre humanos y
androides. Los últimos modelos de androide son más inteligentes que algunas
clases de humanos. Isidore reconoce a menudo a los 3 androides que viven con él
como “seres superiores”. La empatía es el rasgo que definitivamente separa a
esos humanos de los androides. Sin embargo, Deckard nota que, para realizar su
trabajo, los cazadores de «andrillos» no deben sentir empatía hacia ellos; así,
la superioridad con los androides que cazan es cuestionable.
3.
El impreciso límite entre lo natural y lo artificial
Dos de las
«personas» más respetadas de la tierra podrían ser creaciones artificiales: El
amigo Buster y Wilbur Mercer. Buster, que realiza 23 horas de televisión y
radio al día y a menudo se burla del mercerismo, revela en uno de sus programas
que las visiones que se muestran en la caja de empatía podrían estar filmadas
de viejas películas de Hollywood, protagonizadas por un actor alcohólico. Según
aclara uno de los androides rebeldes, la actitud de Buster se debe a que él
mismo es un androide. Así que Mercer podría ser sólo un programa de computadora
o un androide, puesto que él, al igual que Buster, ostenta la aparente
inmortalidad y resistencia infinita a la fatiga que le permiten renovarse
continuamente: caer en el mundo tumba para luego volver a elevarse.
Además, los
escapes clandestinos de los androides hacia la Tierra revelan que ellos tienen
una capacidad para desear e imaginar una vida mejor para sí mismos. Esto está
mostrado claramente en el personaje de Luba Luft, la androide cantante de
opera. Los androides en la historia, si bien no tienen sentimientos de empatía,
tienen sueños, deseos, miedo a la muerte; sin embargo no son considerados como
equiparables a los que sienten los humanos.
Mientras que
los androides luchan por una verdadera satisfacción, muchos seres humanos
dependen de medios artificiales para experimentar sentimientos o felicidad,
como el Órgano de Ánimos Penfield. “La mayoría de los androides que he conocido
tenían más deseo de vivir que mi esposa”, piensa Deckard (Philip K. Dick,
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?)
4.
Decadencia y Renovación
Las fuerzas
opuestas de la decadencia y la renovación juegan un rol muy importante en este
libro. Esto se ve claramente en la alegoría de Mercer, quien posee la habilidad
de resucitar la vida y que continuamente está volviendo a hundirse en el
"mundo tumba" para luego resucitar y volver a escalar la cuesta.
El
mundo de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? es un mundo gris,
desolado, lleno de silenciosos apartamentos vacíos en progresiva ruina, donde
todo parece deteriorarse minuto a minuto, debido simplemente a que la tierra
está siendo abandonada: la gente busca a toda costa emigrar y la ONU impulsa a
las personas a dejar el planeta. De esta manera, el planeta va quedando progresivamente
cada vez más vacío y “kippelizado”.
Kippel es el
término usado para los objetos no deseados o inútiles que tienden a acumularse
progresivamente. Dick se refiere aquí al concepto físico de entropía: “Kippel
son los objetos inútiles, las cartas de propaganda, las cajas de cerillas
después de que se ha gastado la última, el envoltorio del periódico del día
anterior. Cuando no hay gente el Kippel se reproduce [...] cada vez hay más”.
La primera
regla del Kippel es: el Kippel expulsa al No-Kippel. Como explica Isidore “Nadie
puede vencer al Kippel, salvo, quizás, en forma temporaria y en un punto
determinado, como mi apartamento [...]. Pero algún día me iré, o moriré, y
entonces el Kippel volverá a dominarlo todo. Todo el universo avanza hacia una
fase final de absoluta Kippelización”.
Deckard ve la
inevitable decadencia del mundo y su propio papel en esta mientras ve a Luba
Luft cantar en el ensayo de “La Flauta Mágica”:
“Este ensayo
terminará, la representación también, los cantantes morirán y finalmente la
última partitura de la música será destruida de un modo u otro, el nombre de
Mozart se desvanecerá y el polvo habrá vencido, si no es en este planeta en
otro cualquiera. Sólo podemos escapar por un rato. Y los andrillos pueden
escapar de mí, y sobrevivir un rato más. Pero los alcanzaré o los hará otro
cazador de recompensas. En cierto modo -observó-, yo soy parte del proceso de
destrucción entrópica. La Rossen Association crea y yo destruyo. O al menos,
eso debe parecerles a los androides”.
Philip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas
eléctricas?
Diferencias entre la novela
y la película
La trama y
caracterizaciones de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? son muy
diferentes a las de su adaptación al cine, Blade Runner. Podría decirse que la
película se encuentra ambientada en el universo descrito en el libro de Philip
K. Dick y obvia temas de mucha importancia en el libro como la religión (con la
presencia de Mercer, una especie de Ser Supremo); el cuidado de animales como
símbolo de estatus social; la presencia de polvo radioactivo, etc. Algunas
diferencias considerables son:
1.
La
película transcurre en el año 2019 mientras que la novela en 1992.
2.
La
película transcurre en la ciudad de Los Ángeles, mientras que la novela en San
Francisco.
3.
El
Órgano de ánimos Penfield, las cajas de empatía, el «Amigo Buster» y el mercerismo
no son mencionados en la película.
4.
En
la versión original de la película Deckard está divorciado y no casado. Su
relación con Rachael es más intensamente romántica, y, en la versión original
de la película, los dos disfrutan de un final feliz. En la versión del
director, en cambio, donde se supone que Deckard es un androide, él y Rachael
también tienen un romance, pero no se hace mención a una esposa o un divorcio
de Deckard
5.
En
la película la atmósfera carece de polvo, mientras que en la novela este está
presente constantemente. El polvo es radioactivo, y los personajes masculinos
en la novela deben usar protectores genitales de plomo para evitar quedar
estériles.
6.
En
la película Deckard está retirado mientras que en el libro sigue ejerciendo
como cazador de recompensas.
7.
En
la película los cazadores de androides son conocidos como “Blade Runners”. En
el libro no se menciona en absoluto esa denominación sino la de «cazador de
recompensas» o «cazador de bonificaciones».
8.
Los
androides son llamados «replicantes» en la película, mientras que en el libro
se los menciona a menudo como «andrillos» (de "androide"
despectivamente).
9.
En
la película, Luba Luft es una especie de bailarina exótica. En la novela, ella
es una talentosa y joven cantante de ópera que Deckard admira. Cuando ella es
asesinada por Phil Resch, otro cazador de recompensas, Rick piensa mucho en el
hecho de que el mundo había sido privado de una voz tan hermosa como la de
Luba: “– Luba era una cantante maravillosa, todo el mundo podía disfrutar de
sus dotes. Esto es una locura -.” (Philip
K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas
eléctricas?)
10. En la novela, los androides parecen
«darse por vencidos» cuando se encuentran con una muerte que parece inevitable,
mientras que en la película son más combativos.
11. Roy, el líder de los androides
rebeldes, no fuerza una confrontación a muerte con su creador en el libro. En
este, él se mantiene escondido en el departamento de Isidore, hasta que Deckard
va a buscarlo para “retirarlo”.
12. En la novela, Rachael y Pris son
físicamente idénticas. En el film no lo son: ambas son interpretadas por dos
actrices muy diferentes: Sean Young y Daryl Hannah.
13. En el libro, Isidore es un «cabeza de
chorlito», una persona considerada sub-inteligente, un anormal, así que no se
le permite emigrar. En la película se llama Sebastián y es un brillante
diseñador de androides que no puede emigrar debido a un desorden hormonal que
lo hace envejecer más rápidamente.
14. La película deja flotando la pregunta
de sí Deckard es, o no, un androide. En el libro Deckard parece ser humano.
Logra pasar el test de Voigt-Kampff, aunque durante la misma novela se pone en
duda la confiabilidad de la prueba.
15. En la novela, los androides viven un
promedio de alrededor de 4 años, debido a que sus células no pueden ser
remplazadas a medida que se deterioran. El film Blade Runner describe a los 4
años de vida más como una medida de seguridad que como un problema metabólico,
puesto que se busca asegurar que los androides no vivan lo suficiente como para
alcanzar un grado mayor de “humanidad”.
16. En la novela el planeta ha perdido la
mayor parte de la población mundial a causa de la guerra y la posterior huida a
las colonias en Marte, en la película la ciudad de Los Ángeles es presentada
como una metrópolis con millones de habitantes, cual Tokio en la vida real. En
la novela, edificios de miles de apartamentos están vacíos o en muchos casos
sólo viven un centenar de personas. Es un punto de discordancia muy importante
respecto al film.
17. A partir de lo anterior, en la novela
la mayoría de los hechos transcurridos en las calles son sin testigos aparentes
o muy pocos, pero en la película los hechos son vistos por millones de personas
dentro de un espacio muy limitado.
18. La novela presenta una ciudad
desolada, pero muy amplia. La película transcurre en espacios definidos y
repetidos.
A pesar de
estas diferencias, numerosas ediciones posteriores a 1982 se publicaron bajo el
nombre de «Blade Runner» (en algunas aparece con nombre más pequeño, y en
segundo plano el verdadero título de la novela). Esto obedece al éxito de la
película y a razones de marketing puesto que el nombre Blade Runner es más corto
y sencillo de recordar que “¿Sueñan los androides
con ovejas eléctricas?”.
Utopías y distopías: “Blade
Runner”
Las utopías
clásicas, aquellas que siguen el patrón introducido por Th. Moro, plantean un
cierto análisis de la realidad existente a través de los mecanismos de la
“des-ubicación”. Un viaje nos conducirá a un lugar remoto, generalmente una
isla, en el que podremos hallar formas ideales de vida.
Una
prolongación de estas utopías las podemos hallar en los escritos en los que la
mejora del mundo se fundamenta en el conocimiento científico y/o tecnológico.
El mecanismo que se utiliza es el de la “des-temporalización”. En el futuro el
mundo puede ser mejor.
Las distopias
representan la “cara oscura de la luna” parafraseando el famoso título de Pink
Floid. Representan una imagen grotesca del original: pesadillas, desolación,
terror, hostilidad, barbarie, totalitarismo, regresión, anarquía, pesimismo,
falta de humanidad. Presentan un mundo alienado, esclavizado y vigilado.
Un mundo
“disciplinar” que sigue las pautas trazadas por G. Orwell en su “1984”. Las
distopías como sistema de representaciones se vehiculan, tradicionalmente, a
través de los sistemas de ficción: literatura, cine, televisión, actualmente
también los video juegos y los juegos de rol.
“Blade
Runner” (R. Scott, 1982], supone la distopía por excelencia, la que ha generado
un verdadero culto e inclusive un corte generacional. Aunque basada en la novela
anteriormente descrita, lo importante de la película es no el “tema” sino
“como” el tema está tratado. Toda una estética al servicio de crear una
atmósfera y un estado concreto en el espectador. El esquema argumental muy simple,
a lo R. Chandler en versión high-tech. Policía bueno que se enamora de chica
“mala” la replicante Rachel.
Posiblemente
lo más interesante de la película es que plantea de forma clara el problema del
“otro”, del “otro incontrolado” (se podría desarrollar un esquema argumental
del mismo tipo utilizando como protagonista a un “sin papeles” o a un “espalda
mojada”).
Premios
·
(1968)
Nominada a los premios Nébula, categoría Novela
·
(1998)
«Locus Poll Award», la mejor novela de Ciencia Ficción anterior a 1990 (Lugar:
51)
Referencias
A.
Remesar. (2002). Reflexiones sobre el Espacio Público contemporáneo en
referencia al “Los Ángeles distópico” . Barcelona: Public Art Obserbatory
Project.
East, Ben (29 de abril de 2012). «Do
Androids Dream Of Electric Sheep? by Philip K Dick – review» (en inglés). The Guardian. Consultado el 21 de
agosto de 2012.
Dick, Philip K. (2012). Blade Runner. ¿Sueñan los androides con ovejas
eléctricas? Nueva traducción actualizada Miguel Antón. Tapa dura con
sobrecubierta. Colección Edhasa Literaria. Barcelona: Editorial Edhasa. ISBN
9788435010733.
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