El 21 de noviembre tuve una epifanía. Amanecí con una idea muy atravesá... Y no me había dado cuenta de qué cresta me faltaba, hasta ese momento en particular: Hay que empezar a cerrar ciclos. Y por eso, creí que ya era momento de terminar el único libro de la saga que nunca quise leer. No porque no conozca la historia en si (Todos los que han sido fanáticos dela saga conocemos el valor sentimental de esta cuestión, ya sea por amor o por odio), sino por la ausencia de miedo que implica llegar a ese final.
Esto, más que una reseña es una carta de despedida antes del fin, porque a casi un mes de haber empezado a leer, me propuse no hacerlo en dos días y digerir esta pseudo despedida. Lo que sí encuentro necesario es contar porqué no me atreví a leer sino hasta ahora, porque al final de cuentas las razones ñoñas que tenía al principio se me hicieron cada vez más "Concretas".¿Qué quiero decir con esto? Que con el tiempo aparecieron cosas que sentí muy aplicable a situaciones concretas.
Para los que me conocen, saben (o se enteraron con el tiempo) lo fanática que soy de Harry Potter y de El Señor de los Anillos, porque con sus respectivas películas caí en la maña de leer libros cuando era chica. Fue un poco antes eso si, cuando en el colegio, cuando me hicieron leer Las Crónicas de Narnia y recuerdo perfectamente que la persona que nos atendió en la librería me mostró los primeros libros de cada saga... sin saber que pasaría más de la mitad de mi vida pegada con ellos. Ni se imaginan lo feliz que soy ahora por esas casualidades locas de la vida.
Entre los 11 y los 16 leí las tres sagas casi completas, porque fue recién el 2007 cuando se lanzó el séptimo libro de la saga de Mami Rowling. En ese momento ya estaba decidida a que "nunca leería ese libro, porque esta mujer me rompió el corazón" con las muertes de dos de mis personajes favoritos: Sirius Black y Albus Dumbledore (En El Cáliz de Fuego y El Misterio del Príncipe). Ese, a grandes rasgos es el motivo principal por el que postergué la historia por casi diez años.
Ahora, si me pongo a analizar ñoñamente la situación... creo que este miedo literario se traduce a esa mala costumbre personal de tenerle miedo a algunas cosas, sobre todo al cerrar ciclos y al aceptar que algunas cosas van más allá de nuestro control. Y es que este año he tenido que hacerlo, un poco a la fuerza, y aunque todavía me siento bien cobarde... creo que por lo. menos me siento capaz de dar el primer paso.
Creo que el 2016 ha sido un año tremendo: muchas cosas han cambiado (Y muchas cosas van a seguir cambiando). Y al final de cuentas los libros me han acompañado siempre en estos cambios, así que creo que es más que necesario cerrar este año y este primer ciclo de "aceptar el miedo" con uno de los libros que me inició en todo esto.
Aún me quedan un par de días y unas cuantas hojas por terminar de leer...así que espero tener la templanza de llegar hasta el fin.
A todos los que leen, y a los que no... les agradezco el tiempo y las enseñanzas que me han dado. Porque cada vez que ustedes pensaban un poquito en mi cuando me hablaban de libros, me daban la motivación que a veces me faltaba para seguir otro capítulo en la vida.
GRACIAS POR TODO
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